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La policía de Nueva York, que según los observadores controla con excesivo celo la avalancha de protestas que se están llevando a cabo durante la celebración de la Convención Republicana, ha detenido hasta ahora a unas 1.500 personas.

Entre las acciones pacíficas de ayer destacó una línea de desempleo simbólica en la que participaron más de 5.000 personas que agitaban grandes tarjetas rosas con el lema «La próxima carta de despido debe ser la tuya», al referirse a Bush. Otras de las actividades previstas son la protesta del grupo «Organización Nacional por las Mujeres», que bajo el lema «Código rojo: Manifestación para detener el programa político de Bush», planea concentrarse en el Parque Central, y una marcha contra la manera en que medios informativos influyen en el discurso político.

Un puñado de manifestantes irrumpió ayer en el Madison Square Garden, donde se celebra la Convención Republicana, durante una reunión de la juventud del partido con carteles que pedían al Gobierno de EE UU que aumente los fondos para la lucha contra el sida y perdone la deuda externa. Los manifestantes fueron desalojados por la policía entre forcejeos y protestas.

Según fuentes oficiales del departamento de policía de Nueva York, la jornada de desobediencia civil celebrada el martes, en la que miles de manifestantes protestaron contra la política belicista de Bush, se saldó con un millar de personas detenidas.

Tras dos días dedicados a seducir al electorado independiente con rostros amables, mensajes moderados, patrióticos y fervientes alabanzas a Bush, la Convención Republicana tomó ayer tintes algo más políticos con la intervención del vicepresidente Dick Cheney y de otros representantes del ala dura.