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EE UU retirará durante la próxima década entre 60.000 y 70.000 soldados de Europa y Asia -la mayor desde la Guerra Fría- en una reorganización de sus fuerzas en el exterior que dará prioridad a la lucha contra el terrorismo, anunció ayer el presidente Bush.

El anuncio de Bush fue criticado de inmediato por el Partido Demócrata con el argumento de que envía señales equivocadas a Corea del Norte y a los aliados europeos de la OTAN, pero fue acogido favorablemente en medios conservadores.

«El mundo ha cambiado mucho y nuestro despliegue debe cambiar también», afirmó Bush durante una intervención ante la organización que agrupa a los veteranos de guerra, en Cincinnati (Ohio).

La reestructuración de fuerzas en el exterior no afectará a las tropas en Irak y Afganistán, sino a las estacionadas en Alemania, Corea del Sur y Japón. «Durante décadas, nuestras fuerzas en el exterior han estado esencialmente allí donde acabaron las guerras del siglo pasado, en Europa y Asia», explicó Bush. La reducción será de aproximadamente el 30 por ciento de los 230.000 soldados que EE UU tiene actualmente en otros países (con excepción de Irak y Afganistán).

El plan se ha elaborado durante los últimos tres años y ha sido debatido desde hace meses con el Gobierno de Alemania, el país más afectado. El Pentágono prevé retirar de suelo alemán dos divisiones del Ejército, que serían sustituidas por unidades más pequeñas y más móviles, a fin de facilitar su despliegue rápido en cualquier lugar del mundo, según indicaron fuentes oficiales.