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El líder chií iraquí Ahmed Chalabi, cuya búsqueda y captura fue decretada el domingo por un presunto delito de fraude, retó al Gobierno interino de su país a demostrar los cargos que se le imputan a él y a su sobrino Salem Chalabi.

Chalabi, el hombre que ayudó a EE UU a preparar la invasión y posterior ocupación de Irak, se presentó sereno y sonriente ante los periodistas que le esperaban en Teherán y les comunicó que está dispuesto «a regresar a mi país y responder ante la justicia».

«No es más que un puñado de mentiras que tendrán que demostrar», amenazó el multimillonario banquero que durante años lideró la oposición en el exilio al depuesto dictador Sadam Husein, financiada por Washington.

La orden de detención dictada por Irak, se ha hecho extensiva a su sobrino, Salem Chalabi, juez encargado de juzgar a Sadam, y que se en encuentra en el Reino Unido. Londres ya ha anunciado que no le extraditará, pese a que se le acusa de homicidio. Salem calificó de «ridícula» la orden y anunció que regresará a su país para defenderse a sí mismo.