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EFE-GUADALAJARA
La Cumbre de Guadalajara dio hoy nacimiento a una nueva alianza entre la UE y Latinoamérica que se perfila como un contrapeso a Estados Unidos y que se ha estrenado con un fuerte alegato en defensa de un sistema multipolar que refleje las aspiraciones de todas naciones. Cuba ha sido de nuevo la nota discordante repartiendo duras críticas tanto al «imperialismo» de Estados Unidos como a la «cobardía» de la Unión Europea, lo que generó un gran malestar. Los dirigentes de 58 países, que representan más de mil millones de personas y un 30 por ciento de los miembros de Naciones Unidas, dieron un contundente respaldo al multilateralismo y a la reforma de la ONU como garantía de orden mundial.

La reprobación al unilateralismo de Estados Unidos ha sido constante en la reunión, aunque fracasó el intento del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, por la oposición europea, de incluir en la «Declaración de Guadalajara» una condena citando a ese país por las medidas económicas contra la isla caribeña y el abuso contra los prisioneros iraquíes en Guantánamo y en Irak. La Declaración de Guadalajara condena así las torturas de Irak, pero sin mencionar a Estados Unidos. Durante la cumbre, el gobierno de La Habana difundió una nota en la que criticaba duramente la postura de la UE en la discusión del documento final y acusó a los países europeos de actuar «como un rebaño de corderos subordinados a Estados Unidos», lo que generó un enfrentamiento muy tenso, según los participantes.

La III Cumbre birregional ha servido como ensayo de concertación política y comercial en favor del multilateralismo, uno de los objetivos de la estrategia europea de seguridad y que se ve con gran simpatía al otro lado del Atlántico. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, afirmó en su discurso que «el nuevo reto para Europa es construir un sistema multilateral respetado por todos» y que de soluciones concretas a problemas globales.