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EUROPA PRESS-BRUSELAS
Los ministros de Exteriores de los Veinticinco intentaron ayer a tan sólo un mes de las elecciones al Parlamento Europeo, de forma infructuosa, avanzar en las negociaciones sobre la futura Constitución europea. En vez de cerrar cuestiones, cada uno de los Estados miembros aprovechó la ocasión para reclamar sus intereses nacionales y se espera que hoy continúen la contienda.

Así, Reino Unido protagonizó una dura batalla para que la Carta de Derechos Fundamentales se incluya con notas de interpretación en la Constitución aduciendo que le plantearía problemas para la flexibilidad de despido de los trabajadores. Holanda por su parte dijo que mantener la unanimidad en las perspectivas financieras es una línea roja que no debe traspasarse, mientras que Francia reclamó que no se toquen los umbrales de población para la toma de decisiones respecto al texto de la Convención.

Francia afirmó que tendría problemas para aceptar un umbral de población para la toma de decisiones en el Consejo de ministros de dos tercios, tal y como reclama España a cambio de aceptar el principio de doble mayoría recogido en la propuesta de Constitución europea.

. Según el ministro irlandés de Exteriores, Brian Cowen, la Conferencia Intergubernamental logró «avances» en lo relativo al futuro sistema de presidencias del Consejo y al procedimiento de adopción de los presupuestos anuales. Achacó la persistencia de diferencias entre Estados miembros «a la importancia histórica del proceso, que no debe infravalorarse».