El rostro de Raffarin reflejaba el duro revés sufrido.

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La izquierda, con los socialistas en cabeza, habría obtenido un 49-50 por ciento de los votos, mientras que la mayoría de derecha (el partido gobernante UMP de Chirac y el centroliberal UDF) sólo tendría el 37-38%, según los resultados parciales anunciados por el Ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, quien saludó el avance de la participación, que superó el 65 por ciento.

La respuesta al «rechazo» del electorado a una política que ha «agravado las desigualdades, acentuado las tensiones sociales y despreciado a los más débiles», no debe limitarse a una crisis de Gobierno y exige un «profundo cambio» de política, recalcó.

El ultraderechista Frente Nacional (FN) cosecharía un 13-14 por ciento y se consolida como tercera fuerza política.

Incluida la emblemática Ile de France (región de París), una de las ocho que estaba en sus manos, la izquierda podría presidir 24 de las 26 regiones del país, frente a las ocho que tenía hasta ahora, según las estimaciones de los institutos demoscópicos. La derecha sólo conservaría dos de las 15 que controlaba desde 1998.

La derecha también ha perdido posiciones, pero en menor grado, en los departamentos en las elecciones cantonales. El líder del Partido Socialista (PS), Francois Hollande, reclamó a Chirac un «profundo cambio» de política tras la «pesada sanción» sufrida por el Gobierno que nombró en 2002.

La derrota es «una desaprobación severa» para el jefe de Estado, dijo el líder socialista, que acusó a Chirac de haberse «apartado» del mandato recibido hace dos años cuando fue reelegido con el apoyo de la izquierda para cerrar el paso a la ultraderecha.