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El Ejército de Israel mató hoy a un niño de 12 años y causó heridas a once personas en una operación militar en Gaza, que tenía por objetivo el asesinato de un miembro de la Yihad Islámica.

La operación se enmarca dentro de lo que Israel califica como «asesinatos selectivos» con los que pretende acabar con la vida de presuntos terroristas de la Yihad Islámica (Guerra Santa) o del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Frecuentemente, en esas operaciones, que suelen llevarse a cabo con misiles disparados contra objetivos en plena calle, mueren muchos civiles palestinos, entre ellos mujeres y niños.

Los muchachos están especialmente expuestos a esos actos de guerra, ya que la mitad de la población de la franja de Gaza tiene menos de 14 años y los colegios imparten clases en dos y tres turnos al día, por lo que las calles de la ciudad suelen estar llenas de jóvenes.

Ayer fue Tarek a-Shusi, de 12 años, al que una esquirla que entró por su espalda, a la altura del corazón por el pulmón derecho, segó la vida, según fuentes médicas, que narran que el muchacho entró en el hospital con muerte cerebral.

El Ejército israelí logró su objetivo, Asis al-Shami, de 40 años y primo del dirigente de Yihad Islamica, Abdala Shami, falleció, pero también mató al pequeño y causó once heridos, dos de ellos de gravedad.

Al parecer, en el momento del ataque, aviones cazabombarderos F-16 sobrevolaban Gaza.

También lo hacía un avión teledirigido que Israel utiliza para observar los movimientos de la población y para este tipo de ataques.

Muhamad al-Hindi, portavoz de la Yihad, declaró a la prensa local en la entrada del hospital que «se trataba del segundo intento de asesinato de Asis» y confirmó que los israelíes habían disparado «un misil desde el aire».