George Tenet, durante su discurso en la Universidad de Georgetown de Washington.

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MACARENA VIDAL-WASHINGTON
Los analistas de la CIA «nunca dijeron que Irak representaba una amenaza inminente», aseguró ayer su director, George Tenet, en una apasionada defensa del papel de la agencia de espionaje sobre las armas de destrucción masiva en Irak. En un discurso en la Universidad de Georgetown de Washington, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) respondió a las sospechas sobre la fiabilidad de los datos que esta organización manejó sobre el armamento en Irak antes de la guerra, desatada en marzo pasado.

Lo que sí hicieron fue «presentar una evaluación objetiva a nuestros políticos de un dictador brutal que continuaba sus esfuerzos por engañar y organizar programas que nos sorprendieran y amenazaran nuestros intereses constantemente». Tenet aludió a las afirmaciones del ex jefe del grupo de inspectores de armamento estadounidenses en Irak David Kay, quien alega que, cuando se ha cumplido el 85 por ciento del trabajo, no se han encontrado armas de destrucción masiva y por lo tanto se debe concluir que no existían.

«Los servicios de inteligencia nunca van a estar totalmente en lo cierto ni van a estar completamente equivocados», aseguró Tenet en su intervención en su «alma mater», en la que subrayó que «nadie nos dijo qué teníamos que decir ni cómo». Antes de la guerra, los analistas de los servicios secretos diferían en la interpretación de los datos sobre el armamento iraquí, pero «nunca dijeron que Irak representaba una amenaza inminente», aseguró.

Kay ha responsabilizado a los servicios secretos de haber aportado datos erróneos y obsoletos que indujeron al Gobierno a error. La supuesta presencia de armas prohibidas en Irak fue el principal argumento esgrimido por EEUU para justificar la guerra en el país árabe. Tajantemente, Tenet insistió en que «ni de lejos se ha completado el 85 por ciento del trabajo en Irak. Las personas que trabajan sobre el terreno allí son categóricas en este punto».

«Necesitamos más tiempo y más datos», así como «paciencia», para determinar exactamente qué es lo que pasó con esas armas. El director de la CIA revisó las alegaciones presentadas en su día acerca de los programas prohibidos por la ONU del régimen del derrocado Sadam Husein. Aunque la agencia «en general tuvo razón» acerca de los programas de misiles del régimen, pudo haber «sobrestimado» la amenaza que Sadam representaba en el campo nuclear. Sobre las armas biológicas, Tenet alegó también que los analistas no contaban con «información específica acerca de las cantidades de armas que se encontraban a disposición de Bagdad».