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ANTONIO RODRÍGUEZ
Los Quince abrieron ayer la puerta para que Rusia se adhiera en el futuro al espacio Schengen, que regula la libre circulación de personas dentro de la Unión Europea y que en este caso concreto, permitiría a los rusos entrar sin visados en los futuros Veinticinco.

Este primer paso de los europeos para aceptar la supresión recíproca de visados en un futuro «a largo plazo» es un éxito político para el Gobierno de Moscú, que por boca de su presidente, Vladimir Putin, reprochó a los Quince que hayan permitido la creación de un «nuevo muro de Schengen» con la llegada de la Unión Europea ampliada hasta las fronteras de Rusia.

El mandatario ruso se refirió de esta forma las limitaciones a la libertad de movimientos que se impone a los rusos con la nueva situación de una Europa de veinticinco países, en la que los futuros miembros exigirán visados a los ciudadanos rusos que quieran pasar por su territorio.