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Las tropas anglo-estadounidenses en Irak mantienen alrededor de 7.300 iraquíes prisioneros de guerra, y se espera que esta cifra supere los 50.000, según informaron ayer fuentes militares, que indicaron que algunos serán sometidos a juicio.

Jacono añadió que se espera un alto número de rendiciones en las fuerzas de Irak, para lo cual se ha desarrollado «una estrategia de capitulación».

Funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado de EEUU explicaron que los prisioneros que han cometido crímenes de guerra contra las fuerzas estadounidenses, así como el presidente Sadam Husein y sus hijos, posiblemente no sean presentados ante tribunales internacionales.

Los juicios contra un número no especificado de prisioneros se realizarían en Irak, y cuando se instale un Gobierno legítimo en ese país, dijo el coronel John Della Jacono, a cargo del campo de detenidos de Um Qasr, en el sur iraquí.

Dejó claro que el campo de Um Qasr podría ser el destino final de todos los prisioneros iraquíes, mientras que otras fuentes señalaron que EEUU no tiene planes de enviar a esas personas a la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba), donde se mantiene a unos 600 hombres capturados en Afganistán.

De los 7.300 prisioneros iraquíes en poder de los invasores en Irak, 236 están recibiendo asistencia médica en hospitales de campaña en las zonas de combate o en el buque-hospital «Comfort», en el Golfo Pérsico.

Al parecer, entre los iraquíes que permanecen bajo custodia en Um Qasr, tres o cuatro son militares de alto rango, dijeron las fuentes.