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Los hospitales de Bagdad se empiezan a encontrar en situación «crítica» en momentos en que ha llegado una ola de calor a la capital y sigue la incertidumbre sobre la situación del aeropuerto y sus barrios aledaños.

La ayuda humanitaria sigue llegando con cuentagotas para atender las necesidades de la población iraquí. Un quinto convoy procedente de Kuwait con agua, víveres y otros productos de primera necesidad pasó ayer por la carretera de la ciudad santa chií de Nayaf, en sur de Bagdad.

Las temperaturas subieron ayer repentinamente varios grados hasta superar los treinta, lo que podría afectar a la marcha de los ataques, pero también al estado de los heridos y a la descomposición de los cadáveres causados por las batallas que no cesan en los alrededores de la capital.

Los iraquíes no informan de sus muertos en esta guerra, pero el responsable del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Irak, el francés Roland Huguegin, dijo que entre la noche del viernes y la mañana del sábado, cuando tuvo lugar una feroz batalla por el control del aeropuerto, ingresaron en los hospitales «una media de cien heridos por hora».

Hugueghin dijo que los hospitales tienen graves carencias de agua potable porque la falta de corriente eléctrica -restablecida durante unas horas pero luego vuelta a cortar- impide el bombeo de agua, lo que hace muy difícil sanar a los heridos.

Este convoy estaba formado por 33 camiones cargados de productos para cubrir las necesidades de 120.000 personas, según precisó un responsable del comité kuwaití de socorro, Bader al Chamruj.

Los militares británicos colaboran en la distribución de esta ayuda. Ayudas kuwaitíes han sido enviadas ya a Um Qasar, Fao, Al Zubeir, Basora, Nasiriya y Karbala.

Por otra parte, Taiwán donó ayer 4 millones de euros para la ayuda humanitaria en Irak a través de la representación de Jordania en la isla.