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EUROPA PRESS-EL CAIRO
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, advirtió ayer de que la actual guerra contra Irak tendrá graves consecuencias, incluida la unidad de los grupos terroristas y la proliferación de terroristas como Osama bin Laden.

En un discurso ante el Tercer Cuerpo del Ejército con base en el Canal de Suez, reiteró también su llamamiento a limpiar Oriente Medio de armas de destrucción masiva, incluidas las de Israel.

«Esta guerra va a traer serias repercusiones, incluyendo la unificación de los grupos terroristas. Vamos a tener un centenar de Bin Laden».

El presidente egipcio hacía alusión al disidente saudí Osama bin Laden, al que se supone jefe de la red terrorista Al Qaeda y está acusado de organizar los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington.

Mubarak justificó su rechazo al cierre del Canal de Suez a barcos estadounidenses y británicos -como lo habían pedido varios partidos de oposición- porque sería «una violación de la legalidad internacional» cerrar esta vía entre el Mar Rojo y el Mediterráneo.

«El paso de los barcos a través del Canal es un derecho de todos los estados, excepto si Egipto tomase parte en una guerra, según estipula el Tratado de Constantinopla de 1882», recordó.

La decisión de cerrar el Canal a los barcos de la coalición anglo-estadounidense «llevaría a esos estados al uso de la fuerza y nos crearía problemas», se justificó.

Mubarak es uno de los principales aliados de Estados Unidos en el mundo árabe y, pese a sus esfuerzos por evitar la guerra antes de que comenzaran los ataques, no ha pedido el fin de los combates con la misma claridad con la que lo han hecho otros estados árabes, como Siria o Líbano.

El «rais» egipcio insistió en que las armas de destrucción masiva de Israel deben ser desmanteladas como parte del esfuerzo global para garantizar la paz en la región.

«Las armas israelíes deben ser eliminadas. Debería haber un mecanismo para ello, pues de otro modo la región seguirá muy inestable», dijo el presidente.