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Un primer grupo de doce soldados estadounidenses heridos durante los últimos días en la guerra de Irak llegó ayer a la base aérea de Ramstein, en el oeste de Alemania, de donde fueron trasladados de inmediato al cercano hospital militar de Landstuhl.

El estado de los soldados es «estable» y ninguno de ellos corre peligro de muerte, según informaron los médicos responsables de su seguimiento. Dos de los 12 hospitalizados se encuentran en cuidados intensivos y uno de ellos está siendo ayudado por un respirador artificial.

Según informaciones de la base aérea, siete de los soldados fueron heridos durante los enfrentamientos en la frontera entre Irak y Kuwait y el resto sufrió otro tipo de lesiones o está enfermo.

El hospital estadounidense de Landstuhl ya sirvió de clínica central durante la última Guerra del Golfo, en 1991. En los últimos días se ha duplicado el número de camas, que ahora asciende a más de 300, como también ha sido reforzado el personal clínico.

Según informaciones de la portavoz de la clínica, Marie Shaw, en situaciones normales la plantilla del hospital es de 120 personas, pero en casos de guerra puede elevarse hasta 600.

El director del centro, el mayor de cuantos tiene el Ejército estadounidense fuera del territorio de Estados Unidos, afirmó que en las últimas 24 horas se esperaba la llegada de otros heridos.