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AGENCIAS-SILOPI
Más de 70.000 soldados turcos están desplegados en la tensa frontera con Irak para crear una zona de contención en el norte del Kurdistán iraquí, que causa nerviosismo entre los kurdos, enemigos de Turquía. La frontera se encuentra cerrada a cal y canto con alambradas y por los celosos soldados turcos, que impiden a los periodistas acercarse al paso que conecta con el norte de Irak.

Unas pocas horas después de que los primeros proyectiles lanzados por las fuerzas estadounidenses alcanzaran objetivos ubicados a las afueras de Bagdad, varios aviones militares turcos sobrevolaron la franja fronteriza con Irak. Turquía argumenta que el despliegue militar en esta conflictiva zona, es acordonar el Kurdistán iraquí para que no se repita la crisis de 1991 durante la guerra del Golfo, cuando cerca de un millón de kurdos iraquíes se agolparon en la frontera. Pero también, y sobretodo, con el despliegue el Gobierno de Ankara persigue impedir que una victoria de Estados Unidos y sus aliados en la guerra contra el régimen de Bagdad alimente el sentimiento separatista entre los turcos de la minoría kurda.

Si los kurdos independentistas del sureste de Turquía, donde residen cerca de 12 millones de personas de esta etnia, son la pesadilla del gobierno de Ankara, los cuatro millones de kurdos iraquíes representan su mayor amenaza. Por su parte, Estados Unidos volvió ayer a lanzar una advertencia a Turquía para que no tome la iniciativa de enviar «unilateralmente» tropas al Kurdistán iraquí, después de la votación del Parlamento de Ankara que abre la vía a este tipo de acción.