Los saldados de Estados Unidos están a la espera de recibir la orden de ataque.

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Casi 150.000 soldados de Estados Unidos y el Reino Unido marchaban ayer con armas preparadas y misiones asignadas a la espera de una orden de Bush para inicar el ataque, que ha sido bautizado com 'Libertad iraqui'. Aviones estadounidenses atacaron anoche posiciones de la artillería iraquí en la zona de exclusión aérea del sur de Irak que amenazaba un posible avance de las tropas de tierra de EE UU y el Reino Unido, informaron fuentes militares.

A las dos de la madrugada expiró el plazo que el presidente de EE UU, George W. Bush, dio al jefe del Estado iraquí, Sadam Husein, para que abandonara Irak, en un ultimátum ya rechazado por el gobernante iraquí. Aún así, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, se resistió a hacer predicciones respecto al tiempo que transcurrirá entre el vencimiento del plazo y el comienzo del ataque. Bush pronunciará un mensaje a los estadounidenses en caso de una guerra, pero Fleischer de abstuvo de decir si sería antes o después que comiencen las hostilidades.

Los soldados de la I Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina, la 3 División de Infantería y la 101 División Aerotransportada, abandonaron sus acantonamientos en Kuwait y partieron con rumbo no identificado.

El general Buford Blount, comandante de la 3 División de Infantería, ordenó que sus 20.000 soldados y 10.000 vehículos, incluidos más de 300 carros Abrams M-1 y vehículos blindados Bradley, se alinearan cerca de la frontera de Kuwait con Irak.

Esas unidades serán la punta de lanza de la invasión, que seguirá a unas 48 horas de bombardeo intenso desde aviones, buques y baterías en tierra, con el cual el Pentágono espera atemorizar a los iraquíes para que se rindan sin pelear.

El Pentágono indicó que no era cierta la noticia, originada en las fuerzas de seguridad kuwaitíes, según la cual las fuerzas estadounidenses habían ingresado en la zona desmilitarizada a ambos lados de la frontera de Kuwait e Irak. Informaciones procedentes de la zona señalan que una fuerte tormenta de arena está acompañando al despliegue de las tropas.

Fuentes de la Casa Blanca indicaron que la invasión no comenzaría, necesariamente, al vencer el plazo que Bush dictó para el «cambio de régimen» en Bagdad, y que se tomará una decisión sobre la base del consejo de los mandos militares acerca de las condiciones meteorológicas y operacionales más convenientes.

Bush se reunió ayer con su «Gabinete de Guerra», formado por el vicepresidente Dick Cheney; el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice para ultimar los detalles del comienzo de la contienda.

Aunque han trascendido pocos detalles de lo tratado en esta reunión, fuentes de la Casa Blanca sí han indicado que la guerra no tiene por qué empezar inmediatamente después de que se cumpla el plazo, ya que es preciso contar con los planes de los militares. Preguntado en este sentido, el portavoz de la Casa Blanca se limitó a decir: «Ya lo verán».