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La Casa Blanca afirmó ayer estar dispuesta a «ir un poco más allá» en la vía diplomática para lograr el apoyo de la ONU a la nueva resolución sobre Irak y sugirió contar con al menos ocho votos favorables en el Consejo de Seguridad. El presidente estadounidense, George W. Bush, «está dispuesto a ir un poco más allá en el camino de la diplomacia», dijo en rueda de prensa su portavoz, Ari Fleischer, quien reiteró que no hay que adelantar los acontecimientos hasta que la controvertida votación se celebre.

Washington insistió en que la resolución se tiene que votar esta misma semana y que el resultado final «sólo se conocerá el día de la votación», según Fleischer, quien habló de manera indirecta sobre las informaciones que apuntaron ayer a que EE UU ya tiene ocho apoyos. Washington, según las fuentes, ha obtenido ya el respaldo de las otras cuatro naciones que permanecían indecisas sobre el voto -Angola, Camerún, Guinea y Pakistán- y centra sus esfuerzos diplomáticos en las dos naciones latinoamericanas del Consejo.

Ni Fleischer ni Boucher aclararon si ese apoyo está condicionado a introducir cambios en la resolución, y ambos fueron ambiguos sobre la posibilidad de alargar el plazo del 17 de marzo dado a Irak para que se desarme.

El portavoz de la Casa Blanca subrayó que el 17 de marzo sigue en pie, al menos de momento, y que «si el presidente fuera a establecer un plazo diferente (...) se lo comunicaría a la nación». Más flexible sobre el plazo fue Boucher, quien manifestó que «consideraríamos una pequeña ampliación», pero rechazó la propuesta de las seis naciones «indecisas» del Consejo de Seguridad de prolongar el tiempo concedido a Bagdad entre 30 y 45 días.