TW
0

EFE-LA HAYA
La ausencia de Estados Unidos marca el nacimiento del Tribunal Penal Internacional (TPI). Los jueces del TPI juraron ayer su cargo, en una sesión solemne celebrada en La Haya, y eligieron, por unanimidad, al canadiense Philippe Kirsch como primer presidente.

La ceremonia se celebró en presencia de la reina Beatriz de Holanda, el Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, y más de cinco centenares de invitados entre representantes de los Estados, de las organizaciones no gubernamentales y la prensa.

Pese al boicot estadounidense, el nuevo tribunal permanente creado para juzgar los delitos de genocidio, crímenes de guerra y de la humanidad, acordó igualmente en el transcurso de su primera sesión a puerta cerrada elegir como primera vicepresidenta a la magistrada de Ghana Akua Kuenyehia y, como segunda vicepresidenta, a la costarricense Elizabeth Odio Benito.

El juramento público marcó la toma de posesión efectiva de los miembros de esta Corte internacional que, conforme al tratado adoptado en Roma en 1998 por más de un centenar de países, juzgará en el futuro las violaciones más graves de los derechos humanos ocurridas en el mundo si no fueran perseguidas por las jurisdicciones nacionales.

«Es importante que los jueces demuestren en todos sus actos y decisiones su imparcialidad e independencia», dijo el Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, que cerró el acto. Resaltó la importancia de un tribunal que puede tener efectos disuasorios para algunos «al saber que un día pueden ser llamados a rendir cuentas» e insistió en que no puede haber «paz sin justicia».