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AGENCIAS-WASHINGTON
Las masivas manifestaciones pacifistas del sábado en Estados Unidos y en muchos países del mundo no parecen haber hecho cambiar la posición de Washington, que continúa decidido a atacar a Irak.

«La gente tiene derecho a manifestarse. Pero Rice se cuidó de decir si la Casa Blanca ve en esas manifestaciones una advertencia de la opinión pública mundial o si podrían influir en la posición diplomática de Washington, principalmente ante países como Francia o Alemania, que lideran el «no» a la guerra.

Washington insistió ayer en que buscará el cumplimiento inmediato por parte de Irak de las resoluciones de la ONU que exigen su desarme, y aseguró que el régimen de ese país sólo busca «ganar tiempo».

El vicepresidente iraquí, Taha Yasin Ramadán, acusó por su parte a EE UU de intentar arrastrar al mundo a «una gran catástrofe» con sus planes de atacar Irak para derrocar al régimen del presidente Sadam Husein.

Ramadán insistió en que su país no posee armas de destrucción masiva, y aseguró «todo indica que el rechazo mundial de la política de arrogancia y agresión de Estados Unidos es cada vez más amplio».

Sadam Husein, que se entrevistó ayer con el arzobispo Roger Etcheregay, ha pedido al Papa que inste a los Estados del mundo de mayoría cristiana a «respetar la soberanía de Irak y el derecho de su pueblo a vivir en paz, lejos de las amenazas de Washington».