Sadam presenció ayer un desfile militar en el que destacaba la fuerte presencia de mujeres.

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FRANCE PRESS-EFE
Los aliados occidentales se preparan para una eventual intervención armada en Irak. El ministro británico de Defensa, Geoff Hoon, anunció ayer la movilización de 1.500 reservistas horas después de que el presidente francés, Jacques Chirac, pidiera a sus tropas que se preparen «para todas las eventualidades». Geoff Hoon, anunciará en la Cámara de Los Comunes la movilización de 1.500 reservistas para una posible guerra contra Irak.

«En virtud de la Ley de Fuerzas de Reserva, he dado la orden de llamar a los reservistas para posibles operaciones contra Irak», dijo Hoon, al precisar que este país está dispuesto a movilizar más reservistas en el futuro si fuera necesario. El ministro negó que el conflicto contra Irak sea inminente y explicó que la medida sólo pretende garantizar que, en caso de guerra, las tropas británicas cuenten con el apoyo y la experiencia de los reservistas.

Horas antes, el presidente francés, Jacques Chirac, delante de los jefes de las Fuerzas Armadas, había dicho que los militares franceses deben estar preparados para «todas las eventualidades», en la perspectiva de una eventual guerra en Irak.

Mientras, el presidente Sadam afirmó ayer que su país está mejor preparado para una guerra contra EEUU que en 1991, en el mismo día en que miles de hombres y mujeres armados participaron en una marcha en el valle del Tigris, donde juraron estar preparados para defender su país. Sadam se dirigió en estos términos a los generales de su Ejército y a los jefes de las milicias paramilitares.

Sadam relevó ayer al ministro del Petróleo, Amer Mohamed Rashid, y nombró en su lugar a Samir Abdel Aziz Al Neym, miembro del Comando Nacional del Partido gobernante «Al Baas». Un decreto de la Presidencia de la República se limitó a explicar que Rashid fue relevado «al llegar a la edad de jubilación», que es de 60 años en Irak. Experto en misiles, el ministro cesado figura en la lista de quinientos científicos iraquíes, supuestamente vinculados con los programas de armamento de Irak, que Bagdad entregó a la ONU a finales de diciembre.