El informe iraquí sobre sus armas fue presentado a los medios de comunicación.

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EFE-BAGDAD
En su primera disculpa oficial desde la guerra del Golfo de 1991, el líder iraquí también instó al pueblo kuwaití a desprenderse de «la infiel ocupación extranjera, que profana la religión» musulmana, al tiempo que felicitó a todos aquellos que «resisten a la invasión en las naciones árabes». Husein presentó sus excusas en una carta dirigida al pueblo kuwaití, leída en su nombre en la televisión oficial nacional, por el ministro iraquí de Información, Mohamed Said Sahaf.

El ministro kuwaití de Información, el jeque Ahmad al-Fahd al-Sabá, rechazó las disculpas presentadas por Sadam por la invasión de 1990, acusándole de querer provocar «una ruptura entre el pueblo kuwaití y sus dirigentes». Poco antes del discurso, Irak remitió el esperado y megalítico informe que le había exigido la ONU con el contenido de todos sus arsenales, además del uso civil que hace de la energía nuclear y los cultivos químicos y biológicos.

«Esto no es una estrategia (de defensa), sino el deseo de Irak de aclarar los hechos», dijo Sadam, quien recordó que Kuwait «extraía ilegalmente crudo de un yacimiento iraquí» en la frontera entre los dos países. Pese a la sorpresiva disculpa, Sadam Husein no rebajó su postura de confrontación con Kuwait, a cuyas autoridades acusó de apoyar a la Casa Blanca para perjudicar al régimen de Bagdad.

El documento, comprimido en soporte informático, fue entregado a los inspectores de desarme de la ONU en Bagdad por un funcionario iraquí, explicó el portavoz de éstos, Yoshiro Ueki, quien corrigió informaciones anteriores que aseguraban que había sido depositado en la sede de la ONU en la capital. El citado funcionario depositó varias carpetas de colores y 12 discos compactos con una información que ocupa 11.807 páginas. En el informe sobre sus arsenales, según las autoridades iraquíes, se demuestra que el país «está libre de armamento de destrucción masiva».