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Un atentado terrorista con más de una docena de muertos sacudió ayer el centro de Grozni, capital de Chechenia, república separatista rusa ensangrentada por tres años de guerra que Moscú amenaza ahora con extender a la vecina Georgia. La explosión de una mina al paso de un autobús en una de las zonas más transitadas de Grozni dejó un panorama desolador en una ciudad curtida por un conflicto en el que los muertos civiles se cuentan ya por decenas de miles. Al menos doce personas murieron y 21 resultaron heridas, la mayor parte de gravedad, en el cruce de avenida Pobieda y la calle Chernishevskaya, donde estaba el quiosco metálico abandonado en el que los terroristas instalaron la mina.

La policía indicó que al menos dos niños perecieron al estallar la mina. Según Selim Pashjóyev, jefe de Policía de Grozni, la mayoría de las víctimas eran viajeros del autobús. Las autoridades sanitarias destacaron las dificultades para atender a los heridos, ante la carencia de plasma y sangre en una ciudad arrasada por la guerra. El servicio de prensa del Mando Unificado de las fuerzas federales en Chechenia acusó inmediatamente a los rebeldes separatistas del ataque.