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El Gobierno austríaco de coalición ha resistido apenas unas horas a la dimisión de tres de los ministros de la extrema-derecha. El canciller, Wolfgang Schuessel, anunció ayer la ruptura del acuerdo con Jörg Haider y la convocatoria de elecciones anticipadas, y acusó indirectamente al líder del FPO de haber boicoteado al Ejecutivo desde dentro, razón por la cual no aceptará a los sustitutos que pueda proponerle.

A pesar de que poco antes el presidente austríaco, Thomas Klestil, había afirmado que el Gobierno se mantendría en pie hasta el congreso del FPO (Partido Liberal) el 20 de octubre, Schussel convocó a la prensa para comunicar que el acuerdo de gobierno con Haider quedaba anulado, y que tenía la intención de recomendar a la dirección de su partido, el OVP (Conservadores), la disolución del Parlamento a partir del 19 de septiembre.

De esta forma, precisó, las elecciones legislativas anticipadas podrían celebrarse lo antes posible, «probablemente a finales de noviembre o como muy tarde a principios de diciembre». «En estas condiciones es imposible seguir trabajando», añadió respecto a la dimisión entre el domingo y lunes de tres de los ministros del FPO, entre ellos la vicecanciller y teórica jefa de filas del partido, Susanne Riess-Passer.