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AGENCIAS-JOHANNESBURGO Irak, intensificando una ofensiva diplomática para evitar una posible acción militar de Estados Unidos, mostró ayer señales de ceder en su posición respecto a los inspectores de armas de las Naciones Unidas. El viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, quizás tratando de explotar el aparente fracaso de Estados Unidos en lograr consenso en su posición contra Irak, dijo que Bagdad no había descartado un retorno de los inspectores, que salieron del país en 1998 en vísperas de un bombardeo de la aviación estadounidense y británica.

Tarek Aziz, también anunció a la prensa que podría reunirse hoy en Johannesburgo con el secretario general de Naciones Unidas, Koffi Annan, para tratar sobre la crisis entre su país y EE UU. Por otra parte, la Casa Blanca mostró ayer sus dudas sobre la sinceridad del viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, asimismo, negó que haya discrepancias en el seno de la administración norteamericana respecto a Irak. «Cada día tenemos una historia diferente sobre Irak. Ellos no tienen una tradición de credibilidad», dijo a los periodistas el portavoz, Ari Fleischer.

Respecto a las declaraciones contradictorias entre responsables norteamericanos sobre Irak, el portavoz de la Casa Blanca opina que se ha creado «demasiado ruido para nada». Powell dijo el domingo que «el primer paso» para la resolución de la disputa con Irak sería el retorno de los inspectores de la ONU que evalúen la verdadera capacidad bélica del régimen de Bagdad. «El presidente ha dejado claro que cree que deben retornar los inspectores de armas», agregó Powell. Las palabras de Powell supusieron un fuerte contraste con las dos duras intervenciones que el vicepresidente Dick Cheney realizó, en las que justificó la idea de que EE UU lance un ataque preventivo contra Irak.