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Las autoridades estadounidenses investigan a 500 pequeñas empresas dirigidas por ciudadanos árabes sospechosos de entregar fondos obtenidos mediante actividades criminales en Estados Unidos a grupos terroristas, según recogió ayer el periódico americano 'The Washington Post'. Las investigaciones sobre estas actividades comerciales comenzaron después de los ataques terroristas del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos.

Decenas de millones de dólares procedentes de todo tipo de tráfico, desde el robo de numerosas tarjetas bancarias al tráfico de droga, son enviados cada año a grupos terroristas, según las autoridades estadounidenses. Estos fondos habrían alimentado a grupos armados palestinos como el movimiento de Resistencia Islámico Hamás o el Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), autores de atentados suicida contra la población israelí, según los investigadores estadounidenses.

Al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses continuaban ayer patrullando en el marco de un alerta elevado, por amenazas recibidas el domingo de un atentado contra el puente Golden Gate. Mary Currie, portavoz de la autoridad que controla los patrullajes de la Guardia Nacional, la Guardia Costera y otras agencias estadounidenses, dijo que se está en alerta «superelevada» después de que un grupo de tareas que comparte información entre varias agencias identificara la amenaza. «Todos están trabajando juntos para asegurarnos de que estamos haciendo todo lo necesario para proteger al puente», dijo Currie.

Las autoridades del puente dicen que la amenaza incluye la posibilidad de que los terroristas estrellen un avión contra el mismo, ante la cercanía del primer aniversario de los atentados del 11 de setiembre, cuando cuatro aviones comerciales fueron secuestrados y estrellados contra las torres gemelas de Nueva York, el Pentágono en Washington y un campo de Pensilvania. El Golden Gate ha sido objeto de varias alertas por amenazas de atentados.