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EUROPA PRESS-BOGOTÀ Al menos 20 paramilitares muertos es el resultado de la 'mano dura' prometida por Àlvaro Uribe contra los grupos guerrilleros en los tan solo cuatro días que lleva al frente de la Presidencia de Colombia. Sin embargo, desde que asumiera el poder, la violencia en este país sudamericano no ha cesado. El mismo día de su toma de posesión, las FARC protagonizaron una serie de atentados en el centro de Bogotá, que han dejado, hasta el momento, 21 muertos y cerca de 70 heridos.

Alrededor de cien miembros de esta guerrilla planearon durante cinco meses dichos ataques, según informó una comisión de especialistas en antiterrorismo conformada para investigar el caso. La policía de la capital colombiana investiga a cuatro hombres sospechosos de ser los responsables de la masacre.

Desde que el viernes Uribe dio a conocer a la nueva cúpula castrense, en la que destaca el nombramiento del general Jorge Mora como nuevo comandante de las Fuerzas Militares, al menos 20 miembros de las autodefensas murieron y 15 resultaron heridos en combates con el Ejército en Antioquia, donde también actúan los rebeldes de las FARC y el ELN, enemigos acérrimos de los grupos paramilitares, según informaron fuentes castrenses.

Se trata del primer golpe que sufren a manos del Ejército desde que asumió la Presidencia Àlvaro Uribe. Sin embargo, la violencia ha sido el plato fuerte en Colombia desde la toma de posesión del nuevo mandatario, el miércoles,.

Ayer, seis militares resultaron heridos al explotar una bomba en las afueras de la ciudad de Pasto, el mismo día en que el presidente colombiano, Alvaro Uribe, visitó la ciudad.