Momento en que soldados israelíes arrestan a un grupo de palestinos.

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El Ejército israelí detuvo ayer a más de 120 palestinos en la ciudad cisjordana de Tulkarem y llamó a filas a reservistas para reforzar sus operaciones en Gaza y en las ciudades cisjordanas de Kalkilia, Belén, Jenín, Naplusa y el barrio de Betunia, de Ramala.

El primer ministro israelí, Ariel Sharon, se entrevistó ayer con el jefe de las Fuerzas Armadas de Israel, Shaul Mofaz, para analizar los detalles de la invasión de Cisjordania. Mientras tanto, el Ejército israelí ha llamado a filas a un número indeterminado de reservistas, que comenzaron a alistarse ayer noche, para que refuercen las tropas regulares que efectúan las últimas incursiones en ciudades y aldeas de Cisjordania y Gaza.

Por otra parte, el llamamiento hecho desde Ramala por el presidente palestino, Yaser Arafat, para que terminen los atentados suicidas contra civiles de Israel ha sido rechazado por los movimientos islámicos Hamas y Yihad Islámica. «Los atentados suicidas son parte del derecho de los palestinos a la auto-defensa», dijeron Abdilaziz Rantisi, dirigente de Hamas, y Nafez Asam, de la Yihad Islámica.

El Gobierno de Israel decidió el pasado martes que el Ejército permanezca en los territorios autónomos palestinos hasta que concluyan los atentados terroristas, tras dos ataques suicidas perpetrados en Jerusalén que causaron la muerte a 26 israelíes y heridas a varias decenas.

Fuentes palestinas aseguraron que más de 120 hombres fueron arrestados hoy en Tulkarem, donde los soldados israelíes registran casa por casa, bajo un estricto toque de queda.