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FRANCE PRESS/EFE-PARÍS Las maniobras ya han empezado en los partidos democráticos de izquierda y derecha, castigados en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, para preparar la «tercera vuelta»: las Legislativas de junio próximo. A la derecha los aliados del neogaullista Jacques Chirac anunciaron la creación de una «gran formación de derecha y centro derecha», rechazada ya por los líderes de la centroliberal UDF y la liberal DL. Mientras, continuaban las manifestaciones espontáneas, en particular de estudiantes de secundaria y universitarios, contra la presencia del ultraderechista Jean-Marie Le Pen en el duelo final por el Elíseo del 5 de mayo, en el que, según un nuevo sondeo, el 75 por ciento de los franceses desean la victoria del actual presidente Chirac.

La «gran formación de derecha y centroderecha», bautizada «Unión por la mayoría presidencial», fue anunciada por los neogaullistas (RPR) y los «chiraquianos» en la UDF y la DL, al día siguiente de que éste instara a la «unión» de los partidos de la derecha parlamentaria, tras la «bofetada» del electorado a los partidos democráticos de izquierda y derecha. «No es un partido único», dijo el jefe del grupo UDF en la cámara de diputados y alcalde de Toulouse, Philippe Douste-Blazy. La «Unión» presentará un candidato por cada circunscripción en las Legislativas y tendrá un «grupo común» en la cámara de los diputados, explicó Douste-Blazy, rival del líder de UDF, François Bayrou.

Mientras, el presidente Chirac afirmó ayer en Rennes que no está dispuesto a debatir con su rival en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales Le Pen, ya que «ante la intolerancia y el odio, no hay transacción posible, ni comprensión posible, ni debate posible». La decisión de Chirac ha sido calificada por Le Pen calificó de «lamentable espantada». «Al igual que no acepté en el pasado una alianza con el Frente Nacional, fuese cual fuese el precio, no aceptaré mañana un debate con su representante», declaró el presidente. En respuesta a estas palabras, Jean-Marie Le Pen calificó de «lamentable espantada» la negativa de su rival a debatir con él por televisión, la cual, según él, demuestra que Chirac «tiene miedo a la verdad». El presidente del Frente Nacional recalcó que Chirac «no quiere discutir con el adversario que el pueblo le escogió. Tiene miedo de un candidato sin complacencia, sin complicidad. Tiene miedo de la verdad».

Por otra parte, Le Pen ha llegado a la segunda vuelta de las presidenciales debido en buena parte a la dispersión de la izquierda y la abstención récord, pero también porque ha conseguido avances reales en la «Francia profunda». La inseguridad y la inmigración son los principales argumentos esgrimidos por los votantes que han dado su apoyo a Le Pen. El ultraderechista, de 73 años, seduce principalmente a los desempleados (30%) y a los obreros (24%), aunque su mensaje también ha comenzado a llegar a «la Francia rural, de los comerciantes, de los despachos, de los talleres y de las fábricas», según el propio Le Pen. La gran sorpresa de la citada encuesta viene de los jóvenes: un 20% de los 18-24 años dice haber votado por Le Pen, el 12% por el derrotado socialista Jospin, el 11% por el ecologista Noel Mamere, el 10% por Chirac y otro 10% por el trotskista Olivier Bensancenot.