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EFE-FRANCE PRESS El ministro argentino de Economía, Jorge Remes Lenicov, presentó ayer su renuncia junto a otros tres ministros, y los restantes miembros del gabinete están dispuestos a poner su cargo a disposición de Eduardo Duhalde si el presidente decide renovar su Gobierno, según fuentes oficiales. Remes Lenicov comunicó su renuncia durante una reunión con sus colaboradores, quienes también decidieron dimitir, informaron fuentes del Ministerio de Economía. El presidente argentino aceptó la dimisión de Remes Lenicov y estudia reemplazarlo por Alieto Guadagni o Guillermo Calvo, entre otros economistas peronistas cercanos al Gobierno. La rumurología se extiende por el país y fuentes oficiosas señalan que el propio presidente Duhalde podría dimitir si no puede solucionar la profunda crisis.

El Senado argentino suspendió ayer la sesión en la que tenía previsto tratar con urgencia una polémica ley para canjear por bonos públicos los millonarios depósitos retenidos en los bancos bajo el «corralito», como se llama a las restricciones financieras vigentes. La decisión se tomó tras la reunión del jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, con senadores del mayoritario grupo del Partido Justicialista (peronista), el partido de Duhalde.

Duhalde está reunido con senadores peronistas en la residencia presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, adonde ha citado además a los gobernadores provinciales. En los círculos políticos se da por descontado que Duhalde estudia medidas para superar la crisis y un cambio en el gabinete de Gobierno. La ley propuesta por el Gobierno dispone que los millonarios depósitos a plazo fijo en pesos y en dólares que retienen los bancos se canjeen obligatoriamente por bonos públicos con vencimientos a cinco y diez años de plazo, respectivamente. El portavoz presidencial, Eduardo Amadeo, admitió con duros términos que los ahorradores serán los perjudicados por esas operaciones financieras, a las que defendió como la única solución disponible para evitar el caos económico.

La situación actual en Buenos Aires es explosiva con manifestantes que rodean la sede del Parlamento e incidentes aislados en las provincias. La crisis social que vive desde hace una semana la provincia argentina de San Juan, en el oeste del país, se recrudeció ayer con nuevos enfrentamientos entre la policía y empleados estatales que reclaman el pago de salarios adeudados. Las fuerzas de seguridad reprimieron con balas de goma y gases lacrimógenos a medio millar de manifestantes que lanzaron piedras contra la Casa de Gobierno y la sede de la Legislatura provincial.

Mientras, las dos grandes asociaciones de bancos de Argentina advirtieron a la Corte Suprema de Justicia sobre el riesgo de que «en un tiempo cercano» haya un colapso del sistema financiero con la quiebra «masiva» de entidades bancarias. Los bancos «no están en condiciones» de afrontar las retiradas de fondos que permiten los fallos judiciales contra las restricciones financieras vigentes desde diciembre pasado, subrayaron en un escrito presentado al máximo tribunal y cuyos detalles publica hoy la prensa local.

Miles de argentinos se concentran ante el Parlamento
Más de tres mil personas rodeaban ayer de forma pacífica la sede del Parlamento argentino. Partidarios de partidos de izquierdas, ahorradores y empleados bancarios rodearon desde primera hora de la mañana el edificio del Congreso para impedir que el Senado tratara con urgencia el proyecto de ley para canjear por bonos los depósitos retenidos en los bancos. El objetivo de los manifestantes era realizar un «abrazo simbólico» a la sede del Parlamento, que no pudo concretarse porque el edificio amaneció totalmente rodeado de vallas y fuertemente custodiado por unos 500 policías, tras los disturbios registrados la noche anterior. Las primeras celebraciones de las personas que rodearon al Legislativo se llevaron a cabo cuando conocieron que la sesión había sido suspendida. En ese momento, muchos manifestantes abandonaron el lugar, pero otros se quedaron en las puertas del edificio parlamentario.