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FRANCE PRESS/EFE Israel retiró ayer sus tropas de las ciudades palestinas de Nablus y Ramala, en Cisjordania, sin poner fin al sitio del cuartel general del líder palestino, Yaser Arafat, y de la ciudad de Belén. Con esta retirada, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, da por finalizada la primera fase de la ofensiva israelí en Cisjordania, bautizada como 'operación muro defensivo'.

Sin embargo, la realidad de esta retirada ha sido cuestionada por los palestinos. Para el negociador Saeb Erakat, «se trata de una mentira para la televisión». «Israel extendió su control a toda Cisjordania tras haber destruido la infraestructura de la Autoridad Palestina», añadió. «Ya no hay zona A, bajo control total palestino, toda Cisjordania fue transformada en zona B, bajo control de la seguridad israelí», declaró.

Estas zonas, así como los sectores C, bajo control total israelí, fueron definidos por los acuerdos sobre la autonomía palestina. En Naplusa y en el centro de Ramala no hubo presencia militar ayer por la mañana. Sin embargo, las fuerzas israelíes penetraron en el campo de refugiados de Kalandia, entre Ramala y Jerusalén, donde detuvieron a varios palestinos, entre ellos un responsable militar del movimiento Al Fatá de Yaser Arafat.

Los soldados israelíes no levantaron el sitio al cuartel general de Arafat iniciado el pasado 29 de marzo. En Belén, que continúa ocupada, el dispositivo militar en torno a la Basílica de la Natividad, donde están atrincherados 200 palestinos, 30 de ellos perseguidos, no ha sido modificado.

Ariel Sharon, anunció que la primera fase de la ofensiva israelí en Cisjordania, la 'operación muro defensivo', finalizó con la retirada del Ejército de Naplusa y de la mayor parte de Ramala, pero que «la lucha contra el terrorismo continúa». Asimismo, en la reunión semanal del Gobierno, Sharon felicitó al Ejército por los resultados conseguidos en la operación lanzada el pasado 20 de marzo tras el atentado suicida palestino de Netanya, en el norte de Tel-Aviv.