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El Gobierno de Venezuela ordenó ayer el «estado de alerta» militar por la segunda jornada de huelga general, protesta que considera parte de una conspiración para derrocar al presidente, Hugo Chávez, y que el sindicato convocante amenazó con declarar indefinida. «Existe un propósito de llevar al país a una confrontación», afirmó el ministro de Defensa, José Vicente Rangel, en declaraciones en la sede de la Vicepresidencia, en Caracas. La Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) respondió con la amenaza de declarar indefinida la huelga si el Gobierno no cambia de «actitud» y, junto con la patronal Fedecámaras, convocó a los venezolanos a «salir a las calles» en defensa de la democracia. Rangel, tras descartar el «rumor» sobre un posible acuartelamiento en la Fuerza Armada Nacional (FAN), admitió que «hay un estado de alerta, que es normal en situaciones especiales».

Esta segunda jornada de huelga, que comenzó con un seguimiento parcial, fue convocada en rechazo de la actitud adoptada en la del martes por el Gobierno de ordenar sucesivas conexiones en cadena de los medios audiovisuales privados para que los portavoces oficiales expusieran la versión del Ejecutivo. El paro fue convocado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), principal sindicato del país, por motivos salariales, contra recientes medidas económicas y en apoyo de la gerencia de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que se opone a la nueva junta directiva, nombrada por el Gobierno el mes pasado.

Aunque según el vicepresidente de PDVSA, Jorge Kamkoff, la situación en la empresa es de normalidad, portavoces del grupo enfrentado a la directiva aseguraron que algunas áreas productivas están paralizadas y en varias instalaciones se registran irregularidades. A pesar de que en los estados de Anzoátegui y Zulia, oriente y occidente del país, respectivamente, se han suscitado brotes de violencia entre sectores partidarios y contrarios a la huelga, Rangel señaló que «no hay problemas de orden público».

«Los hechos están demostrando que no existe capacidad para sacar a Chávez del Gobierno, el fracaso del paro demostró que no tienen fuerza», aseguró Rangel, quien llamó al «diálogo» y a «reponer la paz» entre los venezolanos. Pero el presidente de la CTV, Carlos Ortega, y el titular de Fedecámaras, Pedro Carmona, comparecieron en rueda de prensa para llamar a los venezolanos a «salir a las calles» en defensa de la democracia. Para Ortega, cuya elección en comicios internos sigue con el escrutinio abierto y no reconoce el Gobierno, la posibilidad del paro indefinido «siempre ha estado en el ambiente».