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El presidente de EE UU, George W. Bush, avisó ayer de que podría usar todas las opciones a su alcance, incluidas las armas nucleares, como disuasión para prevenir cualquier ataque o amenaza con armas de destrucción masiva. «Queremos mantener todas las opciones porque queremos dejar muy claro a los países que no amenazarán a Estados Unidos con usar armas de destrucción masiva contra nosotros o nuestros aliados», afirmó Bush durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Tras varios días en que se ha debatido en Washington las filtraciones a la prensa sobre la revisión de los planes nucleares de EE UU, Bush insistió en que el Pentágono continuará teniendo un arsenal nuclear «que sirva como disuasión».

Respecto a Irak, Bush indicó que Sadam Husein es un problema «que tenemos que afrontar» y subrayó que el presidente iraquí es «un hombre capaz de matar a su propio pueblo, un hombre que no permite a los inspectores (de la ONU) que entren en su país». Subrayó en este sentido que el vicepresidente Richard Cheney va a recordar a sus gentes que Irak representa un problema «y que necesitamos trabajar concertadamente para afrontarlo». Respecto a Osama bin Laden, afirmó que «hace mucho que no hemos oído de él» y reconoció que no se sabe si está vivo o muerto, pero recalcó que «el terrorismo es más importante que una persona». Bush aseguró que en estos momentos Bin Laden, si está vivo, «no tiene en donde entrenar» a los militantes de su red terrorista Al Qaeda.

Mientras, el error del Servicio de Inmigración de EE UU (INS), que notificó el lunes a dos de los terroristas del 11 de septiembre la concesión de sus visados de estudiante, ha levantado las iras del Gobierno y del Congreso, que clama por el «completo desmantelamiento» de este organismo. El propio presidente Bush expresó ayer su disgusto por lo que tachó de una acción «inaceptable» por parte de esa institución y ordenó una investigación que «llegue al fondo de esto» lo antes posible. También el secretario de Justicia, John Ashcroft, «está extremadamente furioso e interesado en una investigación», dijo un funcionario de su departamento, que agregó que el titular pedirá el rápido inicio de pesquisas.

Los dos beneficiados con el cambio de condición migratoria, Atta y Al-Shehhi, perecieron al estrellar dos aviones de pasajeros, de los cuatro secuestrados ese día, contra las Torres Gemelas de Nueva York. Desde que tomó posesión como comisionado del INS, a mediados de 2001, James Ziglar afirmó que una de sus prioridades era la reorganización de la entidad, un objetivo que se ha hecho más evidente y necesario a raíz de los atentados terroristas de septiembre. El Servicio de Inmigración explicó que el cambio de condición migratoria, de «visitante» a «estudiante», fue aprobado y notificado directamente a Atta, el 17 de julio de 2001, y a Al-Shehhi, el 9 de agosto de ese mismo año.