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Varios estados se rebelaron ayer contra el acuerdo alcanzado por el Gobierno de EE UU y el gigante informático Microsoft, lo que podría prolongar una batalla legal de cuatro años que ya se daba por cerrada.

Hasta el momento, sólo nueve de los 18 estados que demandaron a la empresa por prácticas monopolísticas han apoyado el acuerdo al que llegaron la compañía informática y el Departamento de Justicia para poner fin al caso el viernes día 2, poco antes de cumplir el plazo dado por la juez Colleen Kollar-Kotelly.

Pero seis estados "entre ellos California y Massachusetts, con una fuerte presencia de empresas tecnológicas", han prometido seguir dando batalla en los tribunales contra el gigante informático. Se oponen al compromiso extrajudicial por considerar que no asegura la competencia en un sector dominado por el sistema Windows de Microsoft, utilizado por el 95% de los ordenadores del mundo.

Estos estados, que suman un tercio del total de los que presentaron la demanda (18 más el distrito de Columbia), se han mostrado «muy preocupados» por el contenido del acuerdo, según el abogado Brendan Sullivan, que ha representado a todos ellos.

La decisión de sumarse o no al acuerdo debe ser tomada por los fiscales generales de esos estados, que presentaron la demanda junto al Departamento de Justicia en octubre de 1997. Ayer concluía el plazo que la magistrada Colleen Kollar-Kotelly había dado a los estados que demandaron a la compañía para que se sumasen, si así lo decidían, al preacuerdo del Gobierno federal y Microsoft.