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EFE - JERUSALÉN Seis palestinos "entre ellos una niña de 10 años de edad" resultaron muertos ayer en dos incursiones llevadas a cabo por tropas israelíes en los distritos de Ramala y Jenín, en Cisjordania. Los ataques, llevados a cabo en diversos puntos, comenzaron de madrugada después de que así lo decidiera el Gabinete de Seguridad que preside el primer ministro, Ariel Sharon, en represalia por el asesinato, el pasado miércoles, del ministro de Turismo, Rejabam Zehevi, por activistas del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).

En el primer ataque, la niña Riham Nabil Abu Uardah murió por el impacto de un proyectil disparado por tanques israelíes contra la escuela de Ibrahamia, en el barrio Al Masja de Jenín, mientras que otras cuatro estudiantes y tres adultos resultaron heridos. Fuentes militares israelíes informaron de que palestinos armados se habían atrincherado en ese establecimiento escolar para resistir el avance de los carros de combate que invadieron el distrito.

En El Bireh, junto a Ramala, donde los palestinos ofrecieron resistencia, los soldados israelíes mataron en un intercambio de fuego a un agente de la ANP, Maruan Ibrahim Sabri Jalifa, de 25 años, y a un oficial de la Seguridad Nacional, Mohamed Ziad Abu Raif, mientras que dos civiles fueron atropellados por colonos judíos en la ciudad de Hebrón.

Además, las fuerzas de seguridad israelíes mataron a un destacado dirigente palestino y a dos personas que se encontraban con él en Belén. Se trata de Atef Abayad, uno de los palestinos más buscados por Israel y que murió al ser atacado con proyectiles el coche en el que viajaba con un familiar, Yamal Abayad, y una tercera persona. Abayad era el jefe en el distrito de Belén de las milicias armadas del movimiento oficialista palestino Al Fatah («tanzim», en árabe), y hace casi un mes mató a una colono israelí junto al asentamiento judío de Tekoa de la zona, donde cometió numerosos ataques más. Según la agencia palestina de noticias WAFA, los tres resultaron muertos por los proyectiles disparados desde helicópteros de la Fuerza Aérea de Israel, país que había solicitado la extradición a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).