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El presidente del Gobierno, José María Aznar, expresó ayer su satisfacción por el respaldo mayoritario del Parlamento a la posición del Ejecutivo que busca más «la eficacia que la espectacularidad» ante el conflicto en Afganistán y rechazó las críticas de algunos grupos, como PSOE e IU, por falta de transparencia. En el pleno extraordinario del Congreso que analizó la actual situación del conflicto internacional, Aznar reiteró su ofrecimiento de envío directo de fuerzas militares españolas si es que se considerara necesario. Tras recordar que entre los escombros de las Torres Gemelas de Nueva York hay, al menos, una víctima española, la joven Silvia San Pío, invitó a los grupos a hacer las modificaciones necesarias para que sus familiares puedan beneficiarse de las indemnizaciones previstas en la ley de solidaridad para las víctimas del terrorismo en España.

Aznar insistió en la necesidad de no dar «apellidos» al terrorismo, ya que este siempre es el mismo «lo llamen religioso, nacionalista o ideológico». Por ello y ante la futura redacción en la UE de una lista de organizaciones terroristas y grupos que les apoyan, Aznar dijo, en alusión a Batasuna, que no puede haber «organizaciones que usen culturas, lenguas o editoriales como tapadera para financiar el terrorismo criminal». Al hilo de ello, recordó que ayer fue detenido el concejal de Batasuna Asier Altuna cuando tenía un coche bomba preparado en su garaje y dijo que, para él, eso es «ser un terrorista o ayudar a los terroristas a hacer su macabra tarea». Aznar hizo hincapié en el consenso del Parlamento con el Ejecutivo pese a que cree que a algunos, en alusión, al PSOE, les moleste que las decisiones no puedan ser adoptadas por ellos.

Sólo se refirió de forma expresa al portavoz de IU, Gaspar Llamzres, de quien dijo que hizo unas críticas que son un «despropósito». El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, criticó la actuación «lenta» y «torpe» del Ejecutivo tras la respuesta de Estados Unidos y pidió a Aznar que «se deje ayudar» para que los españoles tengan confianza y seguridad. Esa ayuda puede permitir, a su juicio, que España tenga un «papel activo en el mundo», en la búsqueda no sólo del fin del terrorismo, sino de un nuevo orden internacional. El líder socialista echó en falta también más información sobre el «terrorismo biológico». Gaspar Llamazares acusó a Aznar de intentar «aprovechar a su favor» la crisis internacional, y criticó la «callada aceptación» y la «identificación» del PSOE con las posiciones del Ejecutivo.

Además, criticó el «seguidismo» de Aznar hacia EE UU y censuró «el abuso de poder» del Ejecutivo al «implicar directamente a España en la guerra» sin contar con la autorización del Parlamento. Llamazares aseguró que «nunca» ha comparado al Gobierno español con el talibán, ni que IU no quiera combatir el terrorismo, tal y como le reprochó Aznar. CiU apoyó la intervención, el PNV reprochó no hacer más para que no se criminalice al mundo árabe, mientras el Grupo Mixto apostó por el diálogo.