Josep Piqué, junto a Isabel Tocino, en un momento de su comparecencia en el Congreso.

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El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, compareció ayer en el Congreso para informar de la situación internacional tras los atentados cometidos en Estados Unidos el pasado 11 de septiembre. Ante la petición de los partidos de la oposición para conocer las pruebas aportadas por Estados Unidos contra el terrorista saudí Osama Bin Laden, el ministro alegó que el Gobierno no las puede facilitar porque sólo las conoce por la lectura de un telegrama y no las ha visto. Piqué explicó que el único jefe de Gobierno que ha visto los documentos es el británico Tony Blair. El PSOE interpretó la actitud norteamericana como una falta de confianza en el Gobierno español y en su Servicio de Inteligencia. Piqué afirmó que la administración Bush comunicó a España las pruebas sobre la supuesta vinculación del terrorista Bin Laden con los atentados del pasado día 11 de septiembre de palabra, sin entregar ningún documento.

Así, explicó que la encargada de Negocios de la Embajada de EE UU leyó ante los interlocutores del Ministerio de Exteriores un largo telegrama remitido desde Washington. Ante la reacción de los diputados presentes en la Comisión de Exteriores del Congreso, el ministro argumentó que España tiene las mismas explicaciones que el resto de los países aliados a excepción de Reino Unido, que es el único que ha recibido informes escritos de EE UU, «y sólo una parte» de los mismos. «Toda la información disponible apunta en una misma dirección, hacia Osama Bin Laden», afirmó, añadiendo que ha quedado probada también la intervención del mencionado terrorista en ataques anteriores a intereses norteamericanos y agregó que Afganistán le ha dado cobertura, al igual que a terroristas chechenos y de la Yihad islámica.

Tanto el portavoz del PSOE, Manuel Marín y como el de IU, Gaspar Llamazares, manifestaron su «sorpresa» por las afirmaciones del ministro. El socialista, que agradeció a Piqué su «sinceridad», dijo: «Ahora comprendemos dramáticamente por qué usted no podía atender a nuestras peticiones». Concluyendo que esto es una prueba de que Estados Unidos tiene una falta de confianza en los servicios de inteligencia españoles o en el propio Gobierno de Madrid. Marín advirtió al titular de Exteriores de que la opinión pública puede volverse en su contra «gota a gota» si, a lo largo de la próxima semana se demuestra que el Gobierno de Tony Blair no fue el único que recibió documentos. Llamazares, criticó que el ministro haya alardeado tanto de las supuestas «relaciones privilegiadas» que mantiene España con Bush para luego, en situaciones de crisis, recibir un trato «inferior» al resto de los países de la OTAN.

Criticó además que «se avale cualquier respuesta» por parte de EE UU, puesto que, a su juicio, el derecho internacional «no legitima cualquier respuesta y por supuesto no legitima una respuesta militar» y denunció «el uso interno» que Aznar, da a la crisis, al «vestirse de caqui para ocultar problemas políticos muy graves que tiene el Gobierno». Asimismo, el titular de Exteriores afirmó ayer en el Congreso que el Gobierno está tomando medidas de prevención ante un eventual ataque terrorista de índole químico o bacteriológico, no por que haya un temor concreto a que se produzca, sino por responsabilidad. «El gobierno está tomando todas las medidas necesarias de protección ante un hipotético ataque terrorista», afirmó ayer Piqué. Por otro lado, Piqué también comunicó ayer que «hoy por hoy no hay previsiones de que efectivos españoles integrados en la OTAN participen en el conflicto a corto plazo».