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EFE-WASHINGTON «Se busca: Vivo o muerto», el viejo cartel que se empleaba en el salvaje Oeste para capturar a los forajidos ha sido colocado ahora sobre Osama Bin Laden, el nuevo enemigo público número uno de Washington. La captura o muerte de Bin Laden, presunto responsable del peor atentado terroristas de la historia, se ha convertido ya en una cuestión de principios para EE UU, que volvió a avisar al régimen talibán afgano para que entregue al sospechoso. En un nuevo paso de su escalada verbal, George W. Bush buscó la imagen más gráfica para el ciudadano, al indicar: «quiero justicia. Y hay un cartel del Oeste que dice Se busca: Vivo o muerto». Bush no precisó si con ello indicaba que prepara una operación para asesinar a Bin Laden.

El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, no quiso interpretar si las palabras de Bush eran un llamamiento abierto a que alguien asesinara a Bin Laden. Pero sí avisó de que la prohibición oficial para que el espionaje de EE UU cometa asesinatos no le impide actuar «en defensa propia». Fleischer tampoco dijo si Washington piensa ofrecer una recompensa por la captura o muerte de Bin Laden.

George W. Bush volvió a lanzar una advertencia rotunda contra el régimen de los talibán, que por ahora rehúsa aceptar la petición de Washington de que le entreguen a Bin Laden. «Bin Laden es el principal sospechoso, y la gente que le aloja, le alienta, le da comida o dinero está sobre aviso», recalcó tras señalar directamente a Kabul diciendo que «los talibán deben tomar mi declaración en serio». Bush visitó ayer por segunda vez el Pentágono. Allí, rodeado de banderas militares, insistió en preparar al país con un mensaje bélico, al señalar que «ganaremos la guerra y habrá costes», en referencia a las temidas bajas militares.