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CLAUDIA RIQUELME El 'caso Pinochet' quedó ayer prácticamente cerrado para la Justicia chilena. En un fallo inapelable, una corte chilena eximió ayer al ex dictador Augusto Pinochet de ser procesado al aceptar el argumento de su defensa de que padece un tipo de demencia que le impide enfrentarse a la Justicia. El fallo restituye al general retirado sus garantías constitucionales y así puede volver a ser senador vitalicio de la República de Chile. Las reacciones desde los partidos políticos y desde las asociaciones pro y anti pinochetistas no se hicieron esperar.

La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Chile, tras casi un mes de análisis, decidió, por dos votos contra uno, sobreseer a Pinochet del juicio por el 'caso Caravana de la Muerte', en el cual estaba siendo procesado como cómplice y encubridor de 75 asesinatos cometidos en octubre de 1973 por una comitiva militar que, bajo sus órdenes, recorrió el norte de Chile fusilando a opositores a la dictadura iniciada el 11 de septiembre de ese año.

Este fallo de la Corte de Apelaciones se produce después de un agravamiento de la salud del ex dictador el pasado fin de semana, que incluso llevó el sábado a que circularan en Santiago rumores acerca de su posible muerte. Y es que Pinochet, de 85 años de edad, tiene una docena de dolencias, que le mantienen con régimen de hospitalización domiciliaria en su lujoso domicilio de la capital chilena, donde también, hasta ayer, cumplía prisión bajo fianza por el caso del que acaba de ser eximido. Y así, según consigna el fallo redactado por los jueces de la corte, «se trata de un paciente de 85 años, que padece de diabetes e hipertensión y de una demencia subcortical leve, lo que hace imposible su concurrencia ante un tribunal por hechos ocurridos en 1973».

En cualquier caso, el fallo nada dice sobre la eventual inocencia o culpablidad de Pinochet y sólo se pronuncia acerca de lo que fue el argumento estratégico de la defensa del anciano militar: su mal estado de salud, independientemente de los cargos por los cuales estaba siendo procesado. Así las cosas, Pinochet queda eximido del caso y de las otras 300 querellas en su contra por violaciones a los Derechos Humanos. además, le restituye sus garantías constitucionales, por lo cual recupera su condición de senador de la República, cargo que él mismo se concedió como herencia al terminar su Dictadura, y del cual había sido privado (desaforado) para someterlo a proceso.