TW
0
EFE - SANTIAGO La hija menor del ex gobernante militar chileno Augusto Pinochet, Jacqueline, advirtió ayer de que la salud de su padre está en un estado crítico y que «si pasa un mal rato, se muere». «El está súper grave. Los doctores fueron claros, el panorama cambió y hay que estar preparados para todo», afirmó en declaraciones al diario electrónico «El Mostrador». Reconoció que su padre está «moribundo» y que fue él mismo el que pidió su traslado desde el Hospital Militar hasta su residencia de Santiago «porque ya no quería estar ahí».

El anciano militar, de 85 años, permaneció durante cinco días internado en el centro asistencial castrense a causa de sus múltiples enfermedades. Sin embargo, fue trasladado a su casa para continuar con un régimen de «hospitalización domiciliaria» debido a la gravedad de su estado. Jacqueline Pinochet señaló que su padre no se ha recuperado de una infección en la boca y que sus «complicaciones al corazón» son «un paso antes de un infarto».

Culpó de esta situación al gobierno y al juez Juan Guzmán, que instruye el proceso por violaciones de los derechos humanos contra el ex gobernante militar. «Los del gobierno me dan pena porque no tienen paz. Supuestamente es gente preparada, que está dispuesta a levantar un país, pero están empantanados en 30 años atrás, porque en un año no han sido capaces de hacer nada con Chile. Ese es su drama», dijo.