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DIANA MENDOZA-LIMA Las relaciones diplomáticas entre Perú y Venezuela se crisparon ayer después de que el Gobierno peruano decidiera retirar a su embajador en Caracas al considerarse víctima de una agresión «verbal» por parte del Ejecutivo de Hugo Chávez. «Nosotros somos víctimas de una verdadera agresión verbal sobre todo el señor ministro» del Interior Ketín Vidal, afirmó el primer ministro y canciller Javier Pérez de Cuéllar, en una breve e improvisada conferencia de prensa celebrada en Palacio de Gobierno junto al presidente Valentín Paniagua.

Pérez de Cuéllar anunció que «con el acuerdo del presidente de la República hemos retirado a nuestro embajador en Caracas», Luis Marchand. La reacción de Lima ahondó la tensa situación de las relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos luego que el presidente Chávez anunciara el jueves la retirada de su embajador en Perú, Gustavo Gómez, en protesta por la supuesta actitud «inamistosa» de las autoridades peruanas en la investigación que culminó en la captura del ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos. Chávez afirmó que la policía peruana actuó de «mala fe» y «a espaldas» del gobierno venezolano. «Hemos sido atropellados y éste país se respeta. Venezuela es un país soberano y ningún cuerpo policial puede venir a montar una operación a espalda del gobierno venezolano».

La reacción de Chávez se produjo un día después de que el ministro del Interior Ketin Vidal presentara las pruebas de la presunta colaboración de la Policía y del FBI en la captura de Montesinos. Vidal también afirmó que el ex asesor del régimen de Alberto Fujimori, que está acusado de corrupción, iba a ser entregado por agentes venezolanos encargados de su custodia que lo delataron ante el FBI para cobrar la recompensa de cinco millones de dólares ofrecida por Lima.