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El nuevo Gobierno laborista se puso ayer en marcha tras una reestructuración en la que el relevo del pro europeo Robin Cook por el «euroescéptico» Jack Straw en Asuntos Exteriores abre los preparativos para el referéndum sobre el euro.

La salida de Cook, quien se convierte en el líder del grupo parlamentario laborista, es el hecho más significativo en un Gobierno que se concentrará en la mejora de los servicios públicos, según afirma la oficina del primer ministro, Tony Blair.

El pro europeo Cook, hasta ahora uno de los pesos pesados del Gobierno -junto al propio Blair, al ministro de Economía, Gordon Brown, y el viceprimer ministro, John Prescott-, nunca había terminado de comulgar con las ideas del primer ministro y desdeñaba la obsesión por la imagen dominante en el Gabinete. Aun así, su reemplazo «ha sido una sorpresa para todo el mundo», apuntaba la ministra para Cooperación Internacional, Clare Short.