El primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern (izquierda), ya se ha puesto en contacto con la mayoría de los líderes europeos.

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FRANCE PRESS-EFE De acuerdo con los datos de la Comisión Electoral, el 53'87% de los votantes irlandeses se pronunciaron en contra del Tratado (529.478 votos) y el 46'13% (453.461) a favor. La participación ha sido muy débil, con una tasa del 34'7%, lo cual, según los analistas, pudo haber beneficiado a los partidarios del 'no'. En el Derecho irlandés no hay ninguna medida que prevea anular una consulta popular por escasa representatividad. El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, se mostró hoy «profundamente decepcionado por el resultado del referéndum. Este revés al funcionamiento comunitario hace plantearse la pregunta de si los irlandeses han rechazado el Tratado porque les ha parecido un mal acuerdo para su país, o bien como condena a la política de la propia Unión Europea.

El sorprendente rechazo del pueblo irlandés pone en suspenso la ratificación del Tratado que contenía las reformas institucionales necesarias para que puedan ingresar en la Unión una docena de nuevos miembros del centro y este de Europa y del sur del Mediterráneo. Nadie había previsto que Irlanda, uno de los países más europeístas, que no había fallado hasta ahora en ninguna consulta popular, iba a apuntillar el nuevo tratado tan laboriosamente urdido por los Quince.

Tanto la Presidencia de turno sueca de la UE como la Comisión Europea se esforzaron ayer, tras destacar su «decepción», en subrayar, mediante una declaración urgente emitida en Bruselas, que «el trabajo de la Unión debe continuar» y que los gobiernos y el Ejecutivo comunitario proseguirán las negociaciones con los países candidatos «sin merma de vigor y con determinación». «El objetivo de una Europa ampliada debe realizarse. Ahora debemos encontrar el camino más apropiado para proseguir los objetivos decididos en Niza. Nuestro deseo de garantizar el ingreso de los nuevos miembros debe ser demostrado con claridad», añade la declaración.