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El gran temor de los laboristas, a los que todas las encuestas auguran un triunfo aplastante en las elecciones generales, es que los ciudadanos den los comicios por sentenciados y no se molesten en ir a votar el jueves.

El primer ministro británico, Tony Blair, centró ayer su mensaje en un llamamiento a dos sectores particularmente susceptibles de abstención: los jóvenes y los votantes conservadores tradicionales desencantados con el liderazgo actual «tory», a los que pidió que se pronuncien en favor del laborismo. En una intervención en la circunscripción electoral de Enfield (norte de Londres) Blair apeló a los jóvenes para que ejerzan su derecho al voto el próximo jueves.

Blair insistió en que la apatía de los votantes podría hacer que los conservadores consigan una victoria por sorpresa. «Recordad lo que los conservadores le hicieron a este país a comienzos de la década de los años noventa y no les dejéis que vuelvan a repetirlo», declaró.

En una intervención anterior, el jefe del Gobierno trató de aprovecharse del «transfuguismo» de un antiguo secretario de Estado conservador, Anthony Nelson, al laborismo para intentar captar votos entre los «tories» desencantados con el liderazgo del partido. «Hoy les digo a esos conservadores decentes y patrióticos, preocupados por el liderazgo conservador actual y su estrategia: espero que también nos voten», instó el primer ministro.