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NYKOPING-EFE Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) concluyeron ayer una reunión informal de dos días en la que intentaron avanzar en los asuntos más espinosos de la ampliación al este de Europa, debate en el que España ha logrado introducir el futuro de las ayudas regionales. La ministra sueca de Exteriores y presidenta de turno de la UE declaró que el hecho de que en esta reunión se hayan puesto de relieve las dificultades del proceso de ampliación es porque «hemos entrado en la recta final, en la que surgen los intereses particulares».

Destacó que se ha avanzado en uno de los temas más difíciles, como es la libre circulación de personas en una Unión ampliada, y se declaró «optimista» de llegar a un acuerdo en las próximas semanas. Ese asunto fue el que concentró el debate en una reunión en la que España logró también que los demás socios tomen conciencia de su determinación de que la ampliación al este no debe suponer que las regiones que reciben ahora las ayudas las pierdan.

España recibe en torno a un billón de pesetas anuales en fondos de la UE que se reparten distintas regiones españolas. El actual marco financiero de la UE garantiza el mantenimiento de las ayudas hasta el 2006, pero a partir de esa fecha debe negociarse un nuevo marco presupuestario.

«Vamos a seguir estudiando cómo podemos responder a las preocupaciones de España», declaró la ministra sueca de Exteriores y presidenta de turno de la UE, Anna Lindh, que dijo comprender las inquietudes españolas. Alemania se opone a que ahora se aborde el problema de la llamada «convergencia estadística» que supone la entrada de nuevos socios y defiende que se haga en la negociación de las nuevas perspectivas financieras, en 2004, lo que rechaza España. El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se reunió ayer en Nykoping con su colega alemán, Joschka Fischer, para aclarar y acercar posiciones. «Creo que podremos establecer un diálogo político constructivo y llegar a acuerdos en un futuro», señaló.