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FRANCE PRESS-JERUSALÉN La reunión de seguridad entre israelíes y palestinos que supuso en la noche del sábado un incipiente acercamiento para la paz en Oriente próximo quedó empañada ayer al producirse un atentado suicida. Un israelí y el kamikaze responsable de la operación murieron ayer y otras 40 personas resultaron heridas cerca de Tel Aviv a causa de la explosión de un artefacto que el suicida llevaba en su cinturón.

A consecuencia del incidente, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, suspendió una reunión prevista para tratar sobre temas de seguridad con los palestinos y acusó a la Autoridad Palestina de «no cumplir con sus obligaciones para impedir acciones terroristas contra Israel», en un comunicado oficial.

El kamikaze accionó una carga explosiva en medio de una estación de autobuses de Kfar Saba, al norte de Tel Aviv, matando a un médico de origen argentino de 53 años e hiriendo a 40 personas.

Sharon acusó ayer a la Autoridad Palestina por el atentado y reafirmó que «el objetivo primordial del Gobierno es restablecer la seguridad para los habitantes de Israel» y que «el Gobierno seguirá actuando en ese sentido».

Anteriormente, el portavoz del Gobierno israelí, Raanan Gissin, había declarado que «la Autoridad Palestina y sus Fuerzas de Seguridad tienen toda la responsabilidad de lo que ocurre» y «deben impedir las acciones terroristas, pero no sólo no lo hacen, sino que ayudan y respaldan estas actividades», añadió, afirmando que «los culpables pagarán el precio».