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AGENCIAS-FRÀNCFORT El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, justificó ayer la decisión de la entidad de no bajar los tipos de interés de la eurozona afirmando que el crecimiento económico del área seguirá siendo «sólido». Duisenberg señaló que la demanda interna será el motor del crecimiento económico de los Doce, debido al aumento del empleo, la reducción de los impuestos y el descenso del precio del crudo. Sostuvo que la eurozona necesita «reformas estructurales que potencien una mayor participación en el mercado de trabajo y un aumento de la inflación».

El impacto de la subida del petróleo sobre los precios continuará aún algunos meses y tenderá después a reducirse gradualmente, añadió el banquero holandés, que insistió en que los riesgos inflacionistas «se han reducido, pero no han desaparecido». Teniendo en cuenta la primera columna de la política del BCE, que comprende la masa monetaria y el volumen de créditos concedidos, Duisenberg dijo que los riesgos al alza para la estabilidad de los precios «han disminuido en los últimos meses».

Pronosticó que el Indice Armonizado de Precios al Consumo (IAPC) se colocará por debajo del 2 por ciento en la segunda mitad de este año, aunque no precisó el porcentaje exacto. En febrero, la media de inflación de los doce países del euro fue del 2'6 por ciento, seis décimas por encima del tope fijado por el BCE. El presidente del banco europeo se reafirmó ayer en la postura de adoptar «un compás de espera» para rebajar los tipos de interés en la eurozona, pese a las crecientes presiones ejercidas sobre el BCE para que reduzca los tipos e impulse de esta forma el crecimiento económico.

«Oigo pero no escucho» las solicitudes de abaratar el precio del dinero, respondió Duisenberg a la pregunta de por qué la entidad había decepcionado a economistas y políticos, que contaban ayer con un recorte de, al menos, 0'25 puntos de los tipos hasta el 4'50 por ciento. La decisión del Consejo de Gobierno del BCE de mantener los tipos de interés en la eurozona provocó ayer una caída del euro, que a las 16.00 horas GMT se cambiaba en Fráncfort a 0'8856 dólares.