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ALBERTO CABEZAS-TOKIO Forzado por su escasa popularidad, el primer ministro japonés, Yoshiro Mori, anunció ayer oficialmente que dejará el cargo para que un nuevo líder arregle la economía y devuelva a los ciudadanos la fe en la política.

Con el anuncio hecho ante su Consejo de Ministros parece terminar un largo período de indefinición política en este país y se recrudecen las luchas de las facciones del Partido Liberal Demócrata (PLD), que preside Mori, por la sucesión.

El primer ministro dejará el cargo a finales de este mes, cuando el PLD haya elegido a un nuevo presidente del partido que se convertirá también en jefe del Gobierno, ya que los liberal-demócratas son el mayor grupo de la Cámara de Diputados parlamentaria. Apenas rebasado el primer año de su mandato, Mori se retirará del cargo sin casi iniciativas políticas propias destacadas, aunque sí con varios casos de corrupción que obligaron a dimitir a tres de sus ministros y a uno de sus principales, Masakuni Murakami.