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Un avión espía estadounidense fue interceptado y dañado por la aviación china cuando sobrevolaba la madrugada del domingo el sur del Mar de la China, y obligado a aterrizar en territorio chino, en un incidente que tiene lugar en medio de un clima de tensión entre Pekín y Washington.

Si bien Pekín informó que uno de sus aviones de combate se estrelló tras una colisión y que el piloto chino era dado como desaparecido, la tripulación de 24 hombres de la aviación de vigilancia electrónica E-P3 Aries de la Marina estadounidense está «aparentemente sana y salva», según el Pentágono que pide «su retorno lo más rápido posible».

El avión, que venía de la base aérea de Kadena, sobre la isla japonesa de Okinawa, se encontraba «en el espacio aéreo internacional a 50 millas náuticas» (alrededor de 100 km) al sureste de la isla china de Hainan, precisó el teniente-coronel Dewey Ford, portavoz del comando estadounidense del Pacífico, en Hawai.

Según el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores Zhu Bangzao, citado por la agencia Xinhua (Nueva China), el avión estadounidense se acercó al espacio aéreo chino y dos aviones de combate chinos se lanzaron a su persecución, conforme a las leyes internacionales.

A 104 km al sureste de Hainan, el avión estadounidense se volvió súbitamente hacia los aviones chinos, dañando uno de ellos, luego «hizo intrusión» en el espacio aéreo chino y aterrizó sin autorización en Hainan.