Valery Melis, uno de los soldados italianos que contrajo leucemia en la ex Yugoslavia.

TW
0

El experto español en protección radiológica y dosimetría e integrante del grupo de trabajo de la UE, Ignacio Amor, aseguró que, «a la vista de los conocimientos científicos, no parece que el uranio empobrecido pueda tener un lugar relevante como elemento determinante en la causa de las enfermedades» de las tropas de la KFOR desplegadas en Kosovo.

El informe del grupo de trabajo, que hará público hoy la Comisión Europea, asegura que «la exposición a uranio empobrecido no parece que pueda dar lugar a efectos en la salud evidentes en las personas que puedan estar expuestas». Eso sí, según adelantó Amor, todavía no se conocen algunos informes sobre el uso del uranio en la zona de Kosovo. El documento, que pide un estudio más a fondo sobre si las estadísticas de afecciones se incluyen en valores normales en los grupos de edad afectados, «no se ha enfocado sólo en Kosovo, sino que es una declaración general del uso del uranio empobrecido y los riesgos a él asociados».

El grupo de trabajo, cuya principal conclusión es que la aparición de determinados tipos de cáncer y leucemia «no son compatibles con la evidencia científica en los efectos de las radiaciones», tampoco ha entrado a valorar el uso militar del uranio empobrecido y sí un análisis «de cuáles son los problemas para la salud y el medio ambiente de la posible presencia del uranio empobrecido en el mismo». En realidad, se trata de un documento divulgativo, en el que se explica qué es el uranio empobrecido, en qué se utiliza y cuáles son sus riesgos.

Este es el resultado del informe científico y técnico que encargó la Unión Europea, después de escuchar las primeras noticias sobre lo que se llamó el 'síndrome de los Balcanes', que relacionó casos de cáncer y leucemia con el uso de armas que contenían uranio empobrecido en el conflicto de la antigua Yugoslavia. Según la Oficina del Defensor del Soldado (ODS), el número de casos en España superaría la cincuentena.