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EFE-FRÀNCFORT El terrorista alemán Hans-Joachim Klein fue condenado ayer a nueve años de cárcel por un tribunal de Fráncfort por el atentado cometido hace 25 años en Viena contra la sede de la OPEP en el que murieron tres personas. El juicio contra Hans Klein, de 52 años, levantó una polvareda política en Alemania en las últimas semanas que casi le costó el cargo al vicecanciller alemán, Joschka Fischer, por su amistad con este revolucionario de izquierdas que fue detenido en septiembre de 1998 en Francia, donde había vivido en la clandestinidad.

Al mismo tiempo, el Tribunal Regional de Fráncfort absolvió por falta de pruebas a Rudolf Schindler, acusado de complicidad con Klein. El abogado defensor de Klein había solicitado ocho años de cárcel, mientras la acusación pedía 14 años por asesinato, intento de asesinato y la toma de setenta rehenes.

El juez Heinrich Gehrke justificó la sentencia de nueve años a Klein explicando que éste declaró que disparó al aire durante el atentado, lo que «es muy probable, pero también es imposible demostrar lo contrario».

El magistrado añadió que no se pudo responsabilizar a Klein de la muerte de un guardaespaldas de la delegación iraquí porque no han podido esclarecerse los sucesos y que también tuvo en cuenta que el acusado, que resultó gravemente herido en este tiroteo, abandonó el terrorismo tras ver cómo morían personas inocentes.