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AGENCIAS-FRÀNCFORT El Banco Central Europeo mantuvo ayer los tipos de interés en el 4'75%, al considerar que han disminuido los riesgos inflacionistas a medio plazo, frente a finales del año pasado. En rueda de prensa al término de la reunión quincenal del Consejo, su presidente, Wim Duisenberg, argumentó que «los factores de riesgo al alza para la estabilidad de los precios aún existen y, como tales, serán seguidos de cerca».

Recordó que el índice anual de inflación en diciembre de 2000 bajó hasta el 2'6%, frente al 2'9% de noviembre, y que el abaratamiento del petróleo y la apreciación del euro han influido en esta evolución. El economista calificó la tendencia actual de la política monetaria de neutral, sin dar indicios de cuándo podría comenzar a rebajar la entidad emisora el precio del dinero, aunque algunos expertos consideran que esta entidad lo hará pronto, entre otras razones por la imparable tendencia bajista de las tasas en EE UU.

El banquero se negó a comentar el recorte en medio punto hasta el 5'5% aplicado el miércoles por la Reserva Federal estadounidense y aseguró que el BCE toma sus decisiones en base al análisis de las condiciones internas en la eurozona sin que hubiera que votar en la reunión de ayer sobre las tasas. No obstante, admitió que para el área euro ha aumentado la «incertidumbre en el entorno exterior», ante todo debido a la desaceleración del crecimiento económico en EE UU, «que puede ser más significativa que lo esperado antes». Duisenberg no excluyó que esta ralentización repercuta en otras zonas en forma de una desaceleración de la economía mundial y que afecte también a las exportaciones europeas, pero calificó de fuerte el futuro crecimiento en Europa.

Por su parte, el Producto Interior Bruto de la zona euro creció un 3'3% en el tercer trimestre de 2000 respecto al mismo período de 1999, según la corrección a la baja realizada ayer por la Oficina Europea de Estadísticas, que en su primera estimación fijó el crecimiento de la economía en el 3'4%.